La construcción de fortines, una forma de tomar el control.

Fuente: megafav.com.py

Ante este conflicto por determinar a quiénes les pertenecía el lugar, tanto paraguayos como bolivianos decidieron instalar fuertes para contar con presencia militar. Con la edificación de estas fortificaciones se pretendió tomar control de la zona, así como de las fuentes de agua que eran realmente escasas. A esto se le sumaba que la región se encontraba poco ocupada por sus características ambientales. Esta región era bastante calurosa, con áreas inundables y una vegetación boscosa que generaba un sofocante calor húmedo.

Debido a estas peculiares, todavía hoy se discute que el enfrentamiento miliar fue motivado más bien por la ambición petrolera, antes que por el valor persistente del lugar. Eso sí, no se puede negar la valentía de ambos ejércitos en una disputa que tuvo como agregado la cruel enfermedad de la malaria, factor que dejó numerosos afectados en ambos bandos. En 1932 el ejército de Bolivia, que contaba con recursos suficientes para la incursión militar, intentó tomar el fortín paraguayo, detonante de la Batalla de Boquerón e inicio de la Guerra del Chaco. Fue una clara venganza hacia los paraguayos, cuyo ejército incendió en 1928 el fortín Vanguardia.