El miedo es una emoción desagradable que es provocada por la percepción de un peligro, real del presente, futuro o incluso del pasado. Es una emoción primaria que se deriva del rechazo natural al riesgo o a la amenaza y se manifiesta en todos los seres humanos.
Según la psicología aun así, el miedo es una emoción básica y primaria, ya que se encuentra en todas las culturas y sentirla trae grandes consecuencias sobre el organismo. Es una emoción desagradable, ya que nos hace sentir mal e inseguros. También es una emoción pasiva, ya que trata de retirarnos de lo que ocurre. Cuando sentimos miedo, nos lleva a sentirnos también indefensos.
Probablemente conocemos a muchos personajes de la Biblia que fueron valientes. Pero, y los que tenían miedo. De hecho, algunas de las historias bíblicas nos relatan acerca del miedo.
David se asustó cuando enfrentó a Goliat (1 Samuel 17:32-51)
La victoria de David sobre Goliat fue un milagro, coraje y fe. Sus acciones nos muestran que incluso cuando tenemos miedo, aún podemos tener esperanza en Dios. Cuando David se enfrentó a Goliat, sentía miedo, pero todavía creía que Dios lo ayudaría a vencer a su enemigo. Después de matar a Goliat, David dice: “El Señor que me libró de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este filisteo”. Da gloria al Señor, sabiendo que fue Dios quien le dio la victoria.
El miedo de Daniel en el foso de los leones (Daniel 6 1-27)
La historia del miedo de Daniel en el foso de los leones es un ejemplo perfecto de por qué nunca debemos rendirnos ante la adversidad. Después de que Daniel se negó a dejar de orar a Dios, lo arrojaron a una fosa lleno de leones hambrientos. Sin embargo, en lugar de sucumbir a su miedo y darse por vencido, se mantuvo firme y confió en la protección de Dios. Al final, Daniel salió ileso, demostrando que incluso en los momentos más oscuros, cuando sentimos más miedo, es importante recordar que nada es imposible para Dios.
El temor de Pablo en el barco (Hechos 27: 13-25)
Pablo es uno de los personajes más conocidos de la Biblia, y su miedo en el barco a Roma es un poderoso recordatorio de cómo incluso el creyente más fuerte puede sentirse abrumado en tiempos de peligro extremo. Mientras Pablo se dirigía a Roma, se encontró con una violenta tormenta en el mar que lo aterrorizó, lo que lo hizo pedir ayuda a Jesús. Aunque Jesús contestó su oración y el barco se salvó, Pablo tuvo miedo hasta el final. No solo estaba asustado por sí mismo, Pablo encontró fuerza al anclarse en su fe y perseveró a través de su miedo para llegar a salvo a Roma.
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7
Para vencer nuestros miedos, necesitamos saber quiénes somos en Cristo. Cuando conocemos nuestra identidad en Cristo podemos caminar en él y enfrentar nuestros miedos sabiendo que Dios está con nosotros. Entonces, si atravesamos un miedo, recuerda que no estás solo. Dios está contigo y quiere ayudarte.