Se dice que las necesidades del hombre son pocas, pero que sus deseos no tienen fin. Ahora bien, parece que muchos no saben distinguir entre las necesidades y los deseos. ¿Cuál es la diferencia? Las verdaderas necesidades son las cosas indispensables para la vida, como la comida, la ropa y un techo. En cambio, los deseos son las cosas que a uno le gustaría tener, pero que no son indispensables para la vida.
Los deseos de las personas pueden variar bastante de un lugar a otro. En cualquier caso, hay un peligro real: dejarse atrapar por el materialismo, querer más y más cosas, sea que las necesitemos o no, sea que tengamos el dinero para comprarlas o no.
El materialismo nace de los deseos, las prioridades y los objetivos que uno tiene; despierta la ambición por tener una gran cantidad de posesiones. Una persona materialista quizás no tenga mucho dinero para comprarse cosas caras. Incluso los pobres pueden volverse materialistas y dejar de buscar primero el Reino.
Satanás usa el mundo comercial para seducirnos con la idea de que, para disfrutar de la vida, tenemos que poseer más cosas que las que son realmente necesarias. Él es un experto en utilizar “el deseo de los ojos”. El mundo ofrece muchísimas cosas algunas magníficas y otras absurdas, que a veces son muy atractivas para los ojos del ser humano.
¿Cómo podemos cubrir nuestras necesidades sin perder de vista lo más importante, sin caer en el materialismo y sin inquietarnos demasiado?
Nuestro Señor Jesús nos da los mejores consejos para pode cubrir nuestras necesidades y no inquietarnos por nada. San Mateo 6:33 Explica claramente que: Lo más importante para los cristianos siempre debe ser el Reino. Jesús dijo que, si ese es nuestro caso, “todas estas otras cosas” nos serán añadidas. ¿Por qué dijo esto?
En el versículo anterior, explicó: “Su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas”. Jehová sabe qué necesitamos para vivir. Puede conocer fácilmente antes que nosotros mismos las necesidades que tendremos en cuanto a comida, ropa y techo. Jehová se encargará de que consigamos todo lo que de verdad necesitamos.
En Mateos 6:34, Él Señor Jesús dijo por segunda vez: “Nunca se inquieten”. Él quiere que nos enfrentemos solamente a los desafíos del día, con la completa confianza en que Jehová nos ayudará. ¿Qué podría pasar si nos preocupamos demasiado por lo que pueda ocurrir en el futuro? Podríamos terminar confiando más en nosotros mismos que en Dios, lo que podría echar a perder nuestra amistad con él.
Jesús nos enseñó a buscar primero el Reino, y no las cosas materiales. Si seguimos su consejo, nunca nos inquietaremos por nuestras necesidades materiales. Nos acercaremos más a Jehová, ya que confiaremos en él en vez de tratar de satisfacer todos nuestros caprichos o de comprar todas las cosas que ofrece el mundo.
Llevar una vida más sencilla nos ayudará a agarrarnos “firmemente de la vida que realmente lo es”., y eso es solamente buscando el Reino de Dios y su justicia.
Cuatro puntos para llevar una vida sencilla y tranquila con Dios.
- Identifique cuáles son sus verdaderas necesidades.
- Elimine los gastos innecesarios.
- Ponerse al día con las cuentas pendientes.
- Buscar primeramente el Reino de Dios y su Justicia.