El gozo: una cualidad que proviene de Dios

El término gozo puede entenderse como un grado máximo de plenitud y optimismo de existir. Puede ser sinónimo de  “regocijo” o “alegría”.

Por lo general, todo el mundo quiere ser feliz, pero la vida trae consigo diferentes tiempos difíciles de manejar” (2 Tim. 3:1). Hay muchas cosas que hacen que las personas pierdan la felicidad, como las injusticias, la mala salud, el desempleo o la muerte de seres queridos. Hasta los llamados hijos de Dios pueden desanimarse y poco a poco ir perdiendo el gozo.

Podemos definir el gozo como la intensidad de los sentidos, propio de los seres humanos. Sentimiento de placer, satisfacción, alegría, regocijo, por el disfrute de una cosa, acto o acción que con lleva a la acción de lo realizado con buen fin y una meta, produciendo la emoción que se siente por completar algo que gusta en demasía, poniendo de manifiesto el gozo en la fe de obtener algo deseado, anhelado,

Lléname de gozo y alegría; alégrame de nuevo, aunque me has quebrantado. Aleja de tu vista mis pecados y borra todas mis maldades. Oh Dios, ¡pon en mí un corazón limpio!, ¡dame un espíritu nuevo y fiel! No me apartes de tu presencia ni me quites tu santo espíritu.  Salmos 51:8-14

¿Cómo se puede experimentar el gozo en la vida cristiana?

El gozo es un fruto del Espíritu Santo, producido por la obra de Dios en nosotros, y es parte de la voluntad de Dios para cada uno de nosotros. Con esto en mente, es evidente que una manera de experimentar el gozo es enfocarse en Dios. En lugar de pensar en nuestras dificultades o problemas, en las cosas que nos roban nuestro contentamiento, podemos meditar en Dios. Esto no quiere decir que debamos negar nuestro descontento o nuestras emociones negativas.

El libro de Filipenses tiene mucho que decir sobre la alegría, aunque Pablo escribió la epístola desde la cárcel. Filipenses 4:4-8 nos brinda algunos consejos para experimentar la alegría en la vida cristiana: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !! Regocijaos!.. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Podemos experimentar gozo leyendo la palabra de Dios, cuando alabamos a Dios y cantamos canciones que traigan contentamiento a nuestro ser, cuando compartimos con otras personas testimonios de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.

El gozo no depende de lo tengas delante de ti, de tu familia, amigos y la sociedad en si, depende de la decisión de sentirte amada/o por Dios y dejar que Dios devuelve la alegría y el gozo a tu vida. El gozo del Señor Jesús es nuestra fortaleza