Una actitud positiva es fundamental para ser optimistas y ver desde una perspectiva diferente las situaciones presentes. Las personas que nos rodean de manera habitual influyen directamente en nuestra forma de ser, aumentando el bienestar y la calidad de vida en general. Está demostrado que el entusiasmo y el optimismo se contagian y se produce un efecto motivador a diferentes niveles.
El optimismo es una perspectiva positiva del presente y futuro, de todo lo que nos rodea. Es una parte clave de la resistencia, o resiliencia, la fortaleza interior que nos ayuda a sobreponernos en momentos difíciles.
La actitud positiva es la capacidad de percibir el entorno de manera constructiva. Es la disposición para interpretar la realidad que asumimos y que somos capaces de conseguir algo.
Vale la pena rodearse de buenas personas. En otras palabras, “No te dejes vencer por el mal, sino vence con el bien el mal” Romanos 12:21.
Las personas positivas son aquellas que nos inspiran y motivan. No son aquellas personas que se encuentran ajenas a situaciones problemáticas de la vida, más bien esas personas son capaces de superar con optimismo el momento, lejos de desmotivarse o hundirse, tratan de superar sus problemas mientras valoran todo lo bueno que indudablemente sucede en sus vidas. Este tipo de personas nos aportan mucho de enseñanza de tal forma que son de estímulo tanto en nuestras relaciones personales como profesionales. Este tipo de personas podemos encontrar en nuestro entorno, en la casa, en el trabajo, en la iglesia, en todas partes solo es cuestión de observar a nuestro alrededor.
Algunos beneficios de tener una actitud positiva:
Menos estrés: ser un pensador positivo nato reduce inmediatamente los niveles de estrés. Y es que las personas con pensamientos positivos se enfocan más en la solución que en los problemas.
Bienestar físico y emocional: las actitudes y pensamientos negativos influyen de manera directa sobre el sistema inmunológico de nuestro cuerpo. Diversos estudios han demostrado que la actitud negativa tiene un efecto devastador sobre la salud. Nos hace más propensos a sufrir de enfermedades comunes, causa insomnio, ansiedad y debilitamiento progresivo del organismo.
Autoestima sana: al estar enfocado en nuestras propias capacidades para resolver los problemas y llevar a cabo conductas proactivas para conseguir soluciones reforzamos la percepción que tenemos sobre nosotros mismos. Cuando nuestra autoestima se fortalece tendremos una mejor actitud ante nosotros mismos y la vida.
Mayor felicidad: globalmente al tener una actitud positiva logramos tener mayor bienestar en todos los ámbitos de la vida (físico, social, emocional, psicológico), lo que nos generará proporcionalmente el mismo nivel de felicidad.
Es importante que sepas que las actitudes positivas pueden aprenderse, por lo que es indispensable que diariamente cambies un pensamiento y una acción negativa por una positiva
El optimismo es el rostro de nuestra fe y se fundamenta en la esperanza y la confianza en Dios y en la creencia de que él puede hacer que las cosas obren para bien y lo que es mejor para nosotros. Romanos. 8:28