Generalmente nuestras quejas son una reacción a situaciones que no podemos controlar y quisiéramos cambiar. Pero, ¿por qué nos quejamos? La respuesta es que nos quejamos porque no somos agradecidos.
“Hagan todo sin quejarse y sin discutir”
Filipenses 2:14
La queja es una señal de un corazón que no está agradecido por las cosas que Dios trae a nuestra vida. Es señal de un corazón mal agradecido y orgulloso.
Aquí te propongo 4 razones por las que la queja te impide avanzar:
- La queja no te permite ver las maravillas que Dios nos regala cada día.
- La queja se convierte en amargura que contagia a los demás.
- Muchas veces es una manifestación de orgullo.
- La queja no te permite ser feliz.
Ya sea que tu día sea interrumpido por algún inconveniente, o por un problema con un compañero de trabajo o por los hijos que no obedecen, sea lo que sea es necesario reflexionar en por qué nos quejamos.
En contraste a la queja, la palabra de Dios nos invita a “ser agradecidos por todo” 1 Tesalonicenses 5:18. El remedio para la queja es la gratitud, aun cuando las situaciones no son como esperamos. Hay mil razones para agradecer a Dios y enfocar nuestra mirada en las cosas buenas y valiosas que en la vida pasan.
«den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.»
1 Tesalonicenses 5:18