La palabra resiliencia se refiere a la capacidad de sobreponerse en momentos críticos y adaptarse luego de experimentar alguna situación inusual o inesperada. También indica volver a la normalidad.
La resiliencia es una aptitud que adoptan algunas personas que se caracterizan por su postura ante la superación de una adversidad y de mucho estrés, con el fin de pensar en un mejor futuro.
La resiliencia en psicología se entiende como la capacidad que posee la persona para hacer frente a sus propios problemas, superar los obstáculos y no ceder a la presión, independientemente de la situación. La resiliencia es la capacidad de ser asertivo y tomar una decisión cuando se tiene la oportunidad, tener una actitud correcta a pesar de tener miedo de lo que eso puede causar. Por consiguiente, esta cualidad se origina cuando la persona demuestra si sabe o no hacer frente a una situación de presión, superarla e integrar el aprendizaje a su vida.
¿De dónde radica la fuente de la resiliencia en nosotros?
En nuestro crecimiento personal y espiritual aprendemos a sobrellevar las dificultades y en medio de cada situación a aferrarnos en Dios y entender que no estamos solos. En medio de las batallas hemos tenido muchas trasformaciones y a través de ellas llegaremos a las victorias deseadas en la vida.
He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin que le dio el Señor, porque el Señor es muy misericordioso y compasivo.» (Santiago 5:11)
Saber que la Palabra de Dios nos dice que somos bienaventurados al soportar o sobrellevar, puede darnos valor para seguir adelante frente a las situaciones negativas. Puede que tengamos que seguir hasta cuando parezca que todo está en contra de nosotros, confiando en que Dios nunca deja de cumplir sus buenas promesas para nosotros.